Si vemos que tiene algo en el ojo o que intenta rascarse lo primero que debemos hacer es evitar que él mismo se haga daño al intentarse tocar; tendremos la precaución de no querer sacarle nosotros mismos lo que pueda tener ya que podemos dañarle aún más así que le llevaremos al veterinario.
Congelación
No es nada extraño que algunas partes del cuerpo del perro sufran congelación si hace mucho frío; es el caso de las almohadillas, los pies, las orejas o la cola. Si observamos que tiene dolor, que la piel se ha enrojecido y está pálida y brillante rápidamente le llevaremos a un lugar caliente, y le cubriremos las partes congeladas con un trapo mojado con agua caliente; al rato volveremos a mojar el trapo de nuevo en agua caliente y lo aplicaremos hasta que veamos que la piel recupera su estado normal. Después de estas medidas urgentes, llevaremos el perro al veterinario para que verifique si se han producido lesiones graves por causa de la congelación.
Golpe de calor
Los perros no eliminan el calor sudando, ya que tienen pocas glándulas sudoríferas, solamente lo eliminan jadeando. En un lugar caluroso y sin ventilación la temperatura del perro puede aumentar excesivamente así que evitaremos estas situaciones.
Si jadea excesivamente, tienen fiebre alta y colapso, deberemos intentar bajarle la temperatura sumergiéndolo en agua fría hasta el cuello o mojándolo con una manguera durante diez minutos; también explicaremos hielo sobre su cabeza, y en cuanto baje la temperatura le llevaremos al veterinario.