El Bulldog Francés es una raza cuya popularidad ha crecido de manera exagerada en los últimos años del siglo XX y primeros del XXI de forma que es fácil aventurar que muchos de los ejemplares que se están utilizando para la cría no deberían haberlo sido nunca y son los responsables de la trasmisión de muchos problemas fácilmente evitables con una selección seria y rigurosa.
El Bulldog Francés es un perro braquicefálico y condrodistrófico. Esto significa que, por un lado, la longitud del hocico es sustancialmente pequeña en relación al tamaño del cráneo; por el otro, el desarrollo óseo esquelético resulta algo anormal, con unas vértebras cortas y unas extremidades largas, fenómeno conocido como condrodistrofia y que puede derivar en determinados problemas articulares si no se cuida mucho el desarrollo del perro.
Una de las consecuencias más evidentes de las razas braquicéfalas es la existencia de dificultades respiratorias causadas por una caña nasal muy corta y la posible existencia de anormalidades como un paladar laxo, exceso de tejidos en la garganta, nariz y fosas nasales atrofiadas y cambios que dichas condiciones pueden causar en la laringe. Es importante cuidar mucho todo lo relativo a la capacidad respiratoria del Bulldog Francés y eliminar de los planes de cría a los ejemplares que presenten este tipo de problemas. Los perros que padecen estos síntomas respiratorios experimentan un gran estrés al mínimo esfuerzo, viendo muy limitada su capacidad para moverse en libertad, hacer ejercicio e incluso simplemente caminar cuando el ambiente es demasiado cálido o húmedo.
La conformación condrodistrófica de las vértebras produce en muchas ocasiones un acortamiento anormal de la columna, hasta el punto de sobrepasar lo que el estándar recoge como un cuerpo corto y compacto. Las dimensiones marcadas en el estándar deben guardar una correcta proporción y un perro demasiado corto a buen seguro tendrá problemas de columna y también dificultades en el movimiento. Los problemas de columna pueden ir desde malformaciones vertebrales hasta la degeneración de los discos intervertebrales por un excesivo estrés y sobrecarga. Cuanto más corta sea la espalda mucho mayor será la malformación. Como consecuencia secundaria, una columna corta conlleva directamente una disminución de la caja torácica y de la capacidad pulmonar, acentuándose los problemas respiratorios.
También se puede ver afectado el movimiento ya que en un Frenchie excesivamente corto tendrá dificultad para utilizar sus extremidades en toda su extensión, de una manera nítida y correcta, derivando en un movimiento errático y desviado que produce a su vez problemas articulares de diferente gravedad.
Otro de los puntos débiles del Bulldog Francés son sus ojos, grandes y redondos, que pueden padecer diversas afecciones como un desarrollo anormal de los párpados, entropion, cataratas, etc… También la piel puede ser una fuente de problemas, especialmente en los perros de color blanco y en general se debe extremar el cuidado y la limpieza de la zona de las arrugas.
A pesar de todo y aunque la descripción de las afecciones más comunes de la raza puede asustar a quienes se acercan a ella por primera vez, hay que reiterar que el Bulldog Francés es una raza sana, longeva y que puede vivir muchos años en perfectas condiciones si se tiene la precaución de recurrir a criadores serios, responsables y verdaderamente preocupados por el fomento de su raza.
En los últimos tiempos la preocupación por la salud y el bienestar de los perros de pura raza ha llevado a que diferentes organismos centrales estén poniendo el acento en la selección de individuos sanos y funcionales, además de hermosos. El Kennel Club inglés, dentro de su programa denominado “Vigilancia de las Razas” ha puesto de manifiesto los puntos concretos que más le preocupan en el caso del Bulldog Francés. Por tanto, a la hora de seleccionar ejemplares de la raza se debe huir de aquellos que presenten evidentes dificultades respiratorias, que tengan los ojos muy prominentes o que no puedan cerrar completamente los párpados, que presenten una cola muy atrofiada o la ausencia de ésta, un cuello demasiado corto o una nariz muy pequeña y que tengan una mordida irregular.
También se debe tener en cuanta, especialmente por aquellas personas que tengan en mente criar alguna vez con su Bulldog Francés, que debido a su especial conformación, con cabeza muy grande y pelvis estrecha, la mayor parte de las veces los partos deben ser resueltos por cesárea, lo que no deja de ser un riesgo añadido tanto para las madres como para sus cachorros.
Al Bulldog Francés le vuelve loco la comida y tienen una gran tendencia a engordar. El sobrepeso aumenta la incidencia de los problemas respiratorios, pudiendo llegar a resultar fatales, además de incrementar exponencialmente las posibilidades de padecer enfermedades cardiovasculares, articulares, etc… El mejor consejo de salud para un Bulldog Francés es mantenerlo en el peso adecuado utilizando un alimento equilibrado y sano y someterlo a las dosis de ejercicio adecuadas a su edad y condición.
La mejor estrategia de salud para el propietario de un Bulldog Francés es actuar de manera preventiva, acudiendo con regularidad al veterinario para cumplimentar los pertinentes programas de vacunación y las revacunaciones anuales contra las enfermedades más comunes o contra otras de carácter estacional u obligadas por ley, como sucede con la rabia. Todo programa de vacunación debe estar complementado con otro de desparasitaciones internas y externas que actúen contra las infestaciones parasitarias que pueden servir como vectores de enfermedades muy serias o que pueden provocar la inefectividad de las vacunas al reducir la respuesta del sistema inmunitario a las mismas.
El veterinario, además, será el encargado de revisar el estado de la boca, ojos, oídos y piel, además de llevar un estricto control de la evolución del peso del Frenchie en las diferentes etapas de su vida.
Es muy importante procurar al Bulldog Francés una alimentación rica en nutrientes que mantengan en forma su musculatura y que proporcionen el nivel de grasas necesarios para su piel, pelo, ojos, etc… Lo fundamental es evitar, en la medida de lo posible, que esté obeso.
Dado que se trata de una raza de pelo corto, no necesita de grandes cuidados estéticos. A pesar de todo, el Bulldog Francés muda y lo hace además de manera casi continua si vive dentro de la casa, por lo que un cepillado semanal ayudará a eliminar el pelo muerto. Es importante cuidar y limpiar las arrugas de la cara, procurando que estén libres de suciedad y, en la medida de lo posible, secas. Para hacerlo se pueden emplear toallitas especiales, similares a las utilizadas para desmaquillar.
Se le bañará cuando esté realmente sucio, con cuidado de secarlo muy bien y no dejarle húmedo a la intemperie y se aprovechará el momento del baño para revisar el estado de las glándulas anales y para cortarle las uñas, con mucho cuidado de no llegar a la parte carnosa.
fuente: http://perros365.com/bulldog-frances-salud-y-cuidados/